Rara vez la emigración es un proceso exclusivamente personal. Detrás de alguien que se va hay quien espera, tras alguien que comienza una cadena otro hay que la continúa; familias, pueblos, amigos cuyas vidas acaban embarcándose en el viaje o enganchándose al puerto de salida.
El término `cadena migratoria´ recoge bien el significado profundo que tiene esta gran aventura humana de todos los tiempos: cadena que une personas, que ata a un destino, que entreteje países con un lenguaje común de adioses y bienvenidas.
Esa cadena trasciende el tiempo para posarse en la cuna de las siguientes generaciones como una marca de nacimiento. Y su nueva luz acostumbra a brillar desde el principio entre la bruma de un recuerdo, de una nostalgia, de un deseo heredado. Luz y bruma, fuego y agua se funden así para celebrar, una vez más, el impulso vital del mestizaje.
La España del siglo XX parió en América, con América, una rica y abundante cosecha de generaciones mestizas. Hijos, nietas, biznietos que intercalan acentos, que aprendieron a bailar salsa y tango a la vez que pasodobles y muñeiras, que intervienen en la política latinoamericana y vibran con la Liga española. Generaciones con las fronteras desbordadas y un ancho `corazón partío´.
Aunque apenas se conozca o reconozca, ellas y ellos juegan hoy un papel muy importante porque...... les corresponde ser los guardianes de la memoria, custodiando el legado que nos dejó la experiencia emigrante más amplia que haya vivido nunca nuestro país.
...participan activamente de la vida social, económica, política y cultural latinoamericana, contribuyendo a su desarrollo y manteniendo activos los puentes entre los dos márgenes de Iberoamérica.
...experimentan los crecimientos y conflictos propios de la construcción de identidades humanas más abiertas, mostrándonos con ello un camino que tenemos que volver a transitar, pero ahora en dirección inversa.
...y unos cuantos de ellos vuelven, vuelven a la España de sus antecesores buscando y trayendo nuevas oportunidades que precisan de nuestro aliento para poder florecer.
Te invitamos también a compartir con nosotros tu historia, a continuar dando vida y significado a esta gran cadena viajera que, quizás, pueda hoy arropar un poco a las nuevas generaciones de jóvenes migrantes que están enfrentándose a la experiencia de trasplantar su vida y raíces en España, renovando con ello el ciclo de hacerse españoles y de hacernos americanos.
Una vez más... como nosotros, como ayer, como siempre |
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